DÍA 25
1 de marzo de 2023
2:30 h.
Hoy hemos tenido a Juan para nosotros a tiempo completo, y los guitarros lo han notado. Los dos han avanzado bastante y seguimos aprendiendo una jartá. Vamos por partes: El guitarro 2 necesita mucho trabajo para poder cerrarlo. Trabajo necesario, delicado, pero poco espectacular. Juan se da cuenta de que el fondo ha quedado plano. Se ve que la curva que le dimos a las varetas de refuerzo no fue suficiente. Plantea si las quitamos y empezamos de nuevo o seguimos así. Finalmente decidimos seguir. Luego recordé (tarde) que al guitarro 1 le pasó también. Quizá si le damos más curvatura a los listones, cederán pero menos. También es posible que las pinzas de sujeción no estuvieran en los extremos. Vicente se dedica a pegar con cianocrilato los refuerzos verticales y los redondea con una gubia. Seleccionamos el tamaño de la etiqueta que he llevado. Después hay que ir rebajando todo el contorno para que ajuste bien el fondo, dando una ligera curvatura. Recuerdo que en el 1 fue muy laborioso. El taco de corcho que tiene Juan para aprovechar lijas medio gastadas es fantástico. Juan propone usar una máquina para comprobar... y saca ceremoniosamente una pletina metálica con la que comprueba lo que hay que ajustar. Y mientras, sin olvidarnos de un magnífico bizcocho de Vicente con su correspondiente licor artesano de café... Juan me propone fresar los perfiles de la tapa del guitarro 1. Me sigue dando miedo, así es que se dispone a fresarlo él. Vemos mi fresadora de 6 mm. de eje y dice que puede valer perfectamente para la tarea, pero seguimos con la suya, que en realidad es para embutir bisagras de carpintero, que ya está regulada del miércoles pasado Aparece algún hueco que no debería estar ahí, pero Juan le resta importancia. Fallos de novato. Entonces empezamos a decidir los perfiles. Ajustamos a 7 mm. la sierra de cinta y saco los necesarios, desechando los que llevan nudos, de la tabla de ciprés que nos ofreció el día anterior. Nos cuenta que sacó toda la madera de un tronco que le regaló una vecina y que serraron en el taller de su padre. Dice que es conveniente que sea una madera dura porque está donde más sufre el desgaste, y que habrá que doblarla con calor. Nos parece perfecto para que Vicente experimente con el "órgano" Al ponerlos en el hueco fresado, vemos que son algo delgados, y que con una chapa de madera dan el grueso justo. Además sirve de enlace del perfil con la tapa. Nos da apuro usar tanto material de Juan, aunque nos ofrece todas las chapas que tiene prensadas entre dos percheros. Decidimos aprovechar una chapa de madera algo oscura, creemos que es sapely, que compré en Cano Molina hace tiempo y que tinté con nogalina el otro día, para oscurecerla más y que contraste mejor. Pensamos que la nogalina no habrá calado lo suficiente, aunque le di dos manos por ambas caras, y que al cortar las tiras, el canto, que es lo que se verá, seguirá de su color original. Nos da igual. Creemos que quedará bien. Intento cortar las tiras con la sierra, pero astilla y las corto con cúter. Quedan bien. Ya que estamos con la sierra corto también tiras de un recorte de Juan con dos chapas encoladas (blanca y negra) que necesitamos para los perfiles del fondo. En principio iban a ser solo blancos, para contrastar con el palosanto, pero son estrechos y necesitan ese refuerzo. Creemos que quedará muy bien. De momento, de estas chapas solo corto para el guitarro 1, por si cambiamos de estrategia en el 2. Como hay que doblar los perfiles y Vicente está con lo suyo, me pongo con el órgano. Juan, sin que yo me de cuenta, nos dobla una chapa metálica con la forma del guitarro, para mantener con curva los perfiles y que no vuelvan a lo suyo al enfriarse. Le recuerdo que yo hice una plantilla para lo mismo, con puas y una tabla, y le parece perfecto. Me dice que los perfiles deben tener la parte inferior en cuña para que ajusten bien con el aro, y paso por la lijadora los ocho listones tratando de dejarlos lo más rectos posible. Para orientarnos, marco con una X la parte interna Después mojo los perfiles con la manguera del jardín y los dejo empapar en los azulejos. Juan dobla el primero, y, efectivamente, el ciprés se resiste a ser doblado, sobre todo la cintura, que es más pronunciada que en la guitarra, se astilla un poco, pero, al ser por dentro, por donde va a ir pegado, no le da importancia. Sigo yo con las otras curvas, con menos dificultad Dejamos enfriar en el molde. Y doblo la segunda, que se astilla muy poco en la cintura. Quizá porque está más húmeda. Dice Juan que sobre esto hay opiniones para todos los gustos. A saber... El cazo con agua y un trapo por el que habrán pasado cientos de aros y de perfiles son esenciales para hidratar la madera y que no se queme. Mientras yo me peleo con el órgano, Juan prepara la unión de la tapa y el fondo con los perfiles a la altura del mástil, por donde no ha podido pasar la fresa. Y, cuando me pongo con el tercer perfil, Juan me dice que vamos a pegar los de la tapa primero. Como el cedro de la tapa es muy blando (de hecho le hemos descubierto un par de arañazos ya, que habrá que arreglar) Juan dice que hay que empezar por esos perfiles para que la tapa no tenga que soportar la presión de las cuerdas. Juan dice que, al ser pequeño el guitarro y haber varios luthieres, podemos pegar los dos a la vez. Si no, habría que ir uno a uno. Saca una cuerda de cáñamo trenzado muy blanda y plana y sujeta fuertemente el mástil en un soporte con dos abrazaderas. y empieza a desplegar la cuerda, anudándola en la pala Al soltar los perfiles del molde, se relajan bastante. Recuerdo que los aros de palosanto eran más dóciles que el ciprés, y Juan dice que, efectivamente, el palosanto es más fácil de doblar. Ajustamos los extremos superiores en la ranura de la pala y, a encolar. Abundante cola, sin pasarse Con una brocha y el aplicador de la cola, vamos encolando y sujetando con las cuerdas Al final, hay que quitar el sobrante, Juan lo hace con una sierra japonesa.
Y hasta aquí por hoy. Ha cundido bastante.
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