DÍA 24
22 de febrero de 2023
2:30 h.
Hoy toca terminar de poner los refuerzos del fondo, en este caso, a diferencia del anterior, alineados con el aro. Comprobamos que los otros están bien. Efectivamente por el centro sobresalen 1 mm. para compensar la altura del aro. Se nota la experiencia del día anterior y Vicente acaba pronto. Para que luego diga Juan que somos lentos... Pasamos ahora a preparar el fondo para dejarlo todo dispuesto para cerrar el guitarrico el próximo día. Aunque, como siempre, Juan se ofrece a facilitarnos varetas, recuerdo que cuando hice las del otro guitarro preparé también para este. Efectivamente, en la caja había un listón de cerezo de las medidas adecuadas. Dibujamos las formas que les vamos a dar, y corto con la sierra el sobrante más grande para seguir dandole forma con la lijadora. Vicente se pone con el largo, y yo con el corto. Le damos forma sin dificultad, y trazamos con una vareta de guitarra que nos deja Juan la curva que hay que encolar al fondo. No es mucha la curva que hay que darle, y, al comprobarlas, Juan nos dice que no están bien, que para conseguir la cara bien perfilada usemos otro de sus artilugios increibles: un brazo de sillón rescatado de la basura de una fábrica de sofás. Cun unos ajustes, y una lija para piedra encolada, permite ajustar las varetas a la curva exacta. Además sujeta con un gado un listón para que la vareta quede alineada perpendicularmente. Resultado perfecto Además nos enseña las marcas de las curvaturas que él aplica en los fondos y las tapas. Seguimos aprendiendo Mientras, yo me dedico a ajustar la cuña que hay que poner en el zoque ...y a darle la forma de cuña en la lijadora, acercando bastante a su nivel (Juan marca la doble línea, para ajustar al máximo tebniendo siempre como referencia la segunda línea sin pasarse) También hoy ha traido Vicente un puñao de rollicos de naranja y unos vasicos para acabar con el licor de café que sobró el miércoles pasado. Buenísimo Nos ponemos con el fondo. Juan trae pinzas y una madera para encolar las varetas. Vicente las pega con mimo a escuadra y, para que peguen bien, le coloca peso en el centro Yo saco también de nuestros recortes los listones que reforzarán el fondo en el centro, Me parece que no van a dar de largo, pero Juan nos dice que sí, que hay que contar con lo que mide el zoque y el braguero. Y efectivamente, Juan tiene razón. Como hay que esperar que seque la cola, decidimos pegarlos el próximo día con el cianocrilato que he traido, que es instantáneo. A todo esto, Juan está a lo suyo, trasegando su vino de cepas de pie franco de un barril a otro. Mientras seca todo, sacamos el tema de los perfiles. Entre todas las opciones posibles, optamos por un perfil claro (en los fondos sin nada y en las tapas con una chapica oscura en la unión con la tapa). Juan nos ofrece una tabla de arce para sacarlos de allí, y, aunque nos da apuro, nos parece bien. Nos enseña también disrintas combinaciones de chapas de colores encoladas, y recuerdo que traje chapas de Cano Molina. La de sapely es un poco clara y propongo tintarla con nogalina antigua de la droguería San Julián que tengo de hace tiempo. Veremos cómo queda. Como queda algo de tiempo, Juan propone dar el siguiente paso para el primer guitarro: fresar las ranuras para los perfiles. Es un tema muy peligroso, y, aunque Juan nos advierte que podemos fastidiar todo el trabajo en un momento, no parece preocuparle la maniobra. Saca su fresadora, preparada para este trabajo, con unos añadidos de madera que aseguran un mayor contacto con la tapa o el fondo y mantienen la verticalidad de la fresa. Ajusta la profundidad y el tope horizontal y fija el guitarro a una solera
Nos invita a hacerlo nosotros, pero le convencemos que es más prudente que, por lo menos el primero, lo haga él. En primer lugar da un lar de pasadas para quitar el sobrante del fondo. El corte se ve limpio. Lleva mucho cuidado con mantener la fresadora vertical, sosteniendo la base con la mano izquierda. Cuando vemos el resultado, respiramos aliviados. Ha quedado perfecto. Y ya no hay tiempo para más. Limpiamos el taller y nos volvemos a ir contentos. Además, hemos aprendido cosas de vinos y hoy no nos ha dicho Juan que somos lentos.
PD: En el camino vamos decidiendo ya la etiqueta. Si no cambiamos de opinión, nos decantamos por ésta: El mismo marco que en el otro guitarro (copiado de un luthier parisino del siglo XVIII) y las letras, imitación del luthier madrileño Santos Hernández.
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