DÍA 23

15 de febrero de 2023

2:30 h.

 

Al terminar la sesión anterior, Vicente se dió cuenta de que estaba pegando los peones de refuerzo solamente al aro y no a la tapa. Como luego habrá que fresar esa unión para encastrar los perfiles y Juan nos advirtió de que debería estar muy bien pegado para evitar roturas, le planteamos el problema.

Sugiero usar cianocrilato, que es muy líquido y penetraría por el escaso hueco que hay. Juan da el ok.

Desgraciadamente hemos venido en el coche de Vicente y me dejé en el mío un tubo que compré el otro día.

A Juan le queda un poco, pero parece que será bastante.

Antes de nada, sacamos el guitarro del molde y, como sospechamos el día anterior, se ha pegado un poco por la unión de los aros. Con cuidado lo soltamos y Vicente, con la soltura que le da su recién estrenada condición de abuelo, lo sostiene con mimo

Parece que está todo bien

Así que Vicente empieza a reforzar los peones con el cianocrilato de Juan.

Inclinando el guitarro mientras que aplica el pegamento facilita que discurra bien.

Juan nos había dicho que termináramos con peones más gruesos, que había preparado yo en mi taller para el fondo. Me dí cuenta de que la madera de pino que había usado para esos peones es demasiado dura y quiebra mal, y, al necesitar más peones de ese grueso, busqué un listón más apropiado y preparé una cantidad suficiente.

Al ser más grueso el listón nos dimos cuenta de que las ranuras hechas con mi sierra son muy finas y no permitían hacer bien la curva, así es que me puse a repasar los cortes con la sierra de Juan, que es más gruesa.

Y ahí se puso Vicente a colocar, con abundante cola, los peones nuevos. Quedan muy bien.

Vicente se fijó en el escalón que hay en la unión de las dos hileras y piensa en suavizarla, aunque solo sea por estética y esa zona no se vea desde el exterior.

Y en ese momento tan hispano-cañí del almuerzo, Vicente nos sorprende con unos estupendos rollicos de naranja hechos por él mismo (sin etiqueta de luthier) y un delicioso licor de café, también artesanal (para armonizar con el lugar) elaborado por un compañero gregoriano, digno de cualquier abadía benedictina.

Una vez dimos buena cuenta del festín, continuamos con la colocación de los peones. En esta parte sí bisela Vicente la transición y quedamos en hacerlo igual en la otra parte, aunque no damos de momento con el procedimiento.

Mientras acaba Vicente, yo voy buscando material para los siguientes pasos. Juan nos trae un trozo de cerezo para la cuña que hay que poner en el zoque, y yo saco un listón de la caja para hacer los travesaños del fondo.

Para colocar los peones que reforzarán el fondo hay que tener en cuenta, midiendo con un calibre, la altura real de los aros para que queden al mismo nivel los dos.

Observamos que el aro de la parte de los agudos está un milímetro más bajo por el centro. Juan dice que lo tengamos en cuenta al pegar los peones subiéndolos ese milímetro.

Estos peones se van sujetando con pinzas, por lo que se hace más rápido.

Cuando está pegada la mitad y la otra presentada a medida, nos damos cuenta de que ya es hora de ir recogiendo.

Juan nos dice que somos muy lentos.