DÍA 17

10 de febrero de 2020

2:00 h.

 

Juan sigue liado con la restauración de una bandurria antigua. Me dice que es más difícil y lleva más horas que hacerla nueva, pero es muy antigua y lleva unas incrustaciones de ébano y nácar espectaculares, así que, merece la pena.

Traigo las pinzas largas que tenía. Las probamos y a Juan le gustan mucho, así es que le digo que se quedan en su taller, que yo tengo más.

Esta vez traigo cortados los refuerzos. Los he hecho con mi sierra de calar y han quedado bastante bien.

Con las nuevas pinzas y la experiencia, voy más rápido.

Además, completo los huecos que coincidían con las varetas largas. Juan me dice que no es vital, pero no cuesta nada y siempre le dará algo más de fuerza.

Hay que cortarlos por la mitad para que queden a la misma altura.

Y con el resto, cuando pensaba que iba a ser rápido, aparece Juan con un calibre y empieza a comprobar la distancia entre diferentes sitios de la tapa y los bordes de los aros.

Efectivamente, hay alguna diferencia que conviene solucionar para que luego el fondo se encole perfectamente.

Como le vamos a poner perfiles, el hueco que hay que fresar en todo el contorno compensa las pequeñas diferencias de altura de los aros. Para ir ya solucionando el problema, voy a pegar los refuerzos en la parte del zoque al ras del aro, y un milímetro más alto hacia el braguero. No cuesta nada y facilita luego la alineación del fondo.

Acabo pronto, y nos ponemos con el fondo.

No tenemos mucha información de la curvatura de los fondos. Juan los ha visto rectos y curvos.

Lo más sencillo sería hacerlos planos, pero no estamos aquí para eso, así es que me dice que al abovedar un poco, la resistencia es mucho mayor, y también ayuda a la resonancia.

Me pongo a ello:

Primero, hay que hacer el varetaje. Es mucho más sencillo que el de la tapa: dos varetas de cedro de 6 x 10 o 12 mm. a las que les daremos la curva que consideremos.

Entre los recortes que quedan del mango hay suficiente, así que saco los listones en bruto para los dos guitarros con la sierra de cinta.

Calcula dónde deben de ir. En el plano que sacó del guitarro se le pasó apuntarlo, o duda incluso si los llevaba. Dice que donde más fuerza van a hacer es a unos 8 cm. del braguero el más largo, y a 21 el corto. Aquí están marcados.

También le pone un refuerzo en la unión de las dos partes del fondo. Le enseño algunos listones que llevo, pero no le gustan y me da un recorte de abeto que tiene y saco de ahí para los dos guitarros.

Me dice que hay quien pega primero este refuerzo, y luego, las varetas, tallándoles un puente por donde se cruzan. Me aconseja que no me complique, que, una vez pegadas las dos varetas, corto el refuerzo de abeto y lo adapto entre ellos.

También le vamos a dar una ligera curva longitudinal que habrá que controlar cuando preparemos los aros, pero eso tendrá que esperar a que seque todo lo de hoy.