DÍA 38
20 de noviembre de 2023
3:00 h.
Empezamos la sesión nº 38 con estas fantásticas panorámicas del taller de nuestro luthier. Hoy me he venido sin móvil y las fotos son todas de Vicente. Juan saca una lima rota, sin mango y torcida y nos dice que es perfecta para limar los excesos de los trastes. Siempre haciendo de la necesidad virtud. Vicente se pone a ello sirviéndose de una tabla como guía para la inclinación correcta de la lima.
Y no contento, ahora saca una minilima también rota a la que le ha limado uno de los cantos -lima limada- para que no arañe el diapasón y poder redondear los extremos de los trastes. Y ahora toca redondear el mástil a base de bastren y demás. Poco a poco va tomando forma. Hay que controlar la línea y los grosores.
Y juan, que sigue con sus vinos, haciendo análisis para comprobar la acidez y demás, mientras esperaba no sé qué reacción en su laboratorio, agarró su guitarra experimental, la de las varetas talladas en la misma tapa y puente extraño, y se puso a tocarla. ¡Vaya sonido! Y todavía se excusa con que las cuerdas son viejas... Entre que los techos son bajos y que toca muy bien, sacaba unos sonidos potentes preciosos.
Como es lógico, la grabación con el móvil no se acerca demasiado al sonido real de la guitarra. También la pala de Vicente tiene un nudo, pero en la parte de los graves. ............................................................................... También hoy nos regala Vicente un pastel artesanal, en este caso "de Saboya". No tenemos foto, porque estábamos más pendientes de lo bueno que estaba. Tanto a Juan como a mí nos recuerda a bizcochos de nuestra infancia, en concreto de los de soletilla, que en mi familia llamábamos de serenín o algo así. Sabe muy parecido, pero tiene una textura más densa, como de madalena. Y entonces Juan nos dice que ayer hicieron su mujer y él unas ensaimadas, desaparece y nos baja una con un orujo de naranja también artesanal. ¿Se puede pedir más? No. .................................................................................. Y mientras tanto:
Dibujo en mi guitarro el hueco para el espejo. A Vicente le parece un poco largo, pero el mío se va a quedar así. Ya recortaremos el otro. Pensaba que iba a ser sencillo, pero no. Primero marco el contorno con un cúter, con muchísimo cuidado de no desviarme ni pasarme. Doy varias pasadas profundizando con fuerza y empiezo con el formón. A pesar de estar muy bien afilado, el palosanto es muy duro, difícil de trabajar.
Pruebo en las dos direcciones, por si la veta ayuda, pero va a ser laborioso. Y encima, cuando llego a la unión encolada con el cedro de abajo, me doy cuenta de lo fuerte que es la cola esta. No se separa ni con el formón, que era lo que yo pensaba que facilitaría el trabajo. Pues no. Hay que seguir dandole al formón. Cedo el tornillo a Vicente y me acomodo con un gato en la mesa de al lado Finalmente acabo el trabajo, el espejo entra con un poco de holgura, aunque creo que hay poco espacio para el marco. Me llevo también hoy el guitarro, profundizo un poco más, y, ya de paso, ataco al marquico. Y al final abro dos melones: la firma del luthier en el perfil superior de la pala. Juan tiene un dibujo muy característico pero creemos que en los guitarros no debería de ser muy frecuente. Nosotros hicimos una versión tradicional, con tres lóbulos, aunque ahora que tenemos más información vemos que la mayoría de guitarros acababan rectos o con muy poca curva. El otro tema en el agujero para colgar. Lo tienen la mayoría de guitarros conocidos. Yo ahí lo dejo... Otro día bueno. Es muy agradable el rato este.
Se nos pasa volando. .................................................................... Efectivamente, el jueves profundicé un poco más en el hueco y le hice el marco con madera de haya. Sobresale un poco pero queda bien.
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