DÍA 9
25 de Marzo de 2019
1:30 h.
El día 7 llegó el pedido de Maderas Barber. Para aprovechar los gastos de envío, pedí dos rosetas (por si acaso) y un juego de tapas de cedro (también por si acaso). Hoy tengo poco tiempo, y, después de dos semanas de parón, compruebo con alivio en primer lugar que los aros mantienen la curva en su sitio. Pego la roseta nueva, y uso un plástico y la otra roseta para presionar... ...con un adoquín. Mientras se seca, Juan me insiste en que las tapas siguen siendo muy gruesas. Paso la primera con mucho miedo por el cepillo, y aunque de forma irregular, parece que nos estamos acercando al grueso ideal. Con la lijadora acabo el trabajo, y queda muy bien, pero muy endeble. Hay que llevar mucho cuidado. Juan me dice que con el varetaje se recupera consistencia. Esperando a que seque la otra tapa, me pongo con los mangos. Hay que hacer el corte para que encajen los aros. Tiene que ser un corte muy preciso, y quedar un poco oblicuo por dentro. Usamos una ingletadora con una plantilla que ya está dispuesta en un cierto ángulo, y la propia curva de la sierra circular se adapta bien al corte que hay que hacer. Sujeto con fuerza el mango, y corto a la profundidad adecuada. Parece complicado, pero hago los cuatro cortes sin problemas. Ya está seca la otra tapa, la cepillo. El siguiente paso es cortar las bocas. Juan lo hace con una sierra de copa, pero con lo finas que se han quedado las tapas me da miedo y le comento que prefiero cortar con sierra de marquetería. Su respuesta: "tu verás". Antes de irme, junto las tres piezas para hacerme una idea del guitarro. Parece cubismo analítico, pero queda fantástico. Limpio un poco el taller, y me llevo las tapas para cortarlas en casa. El corte es muy sencillo. Me sorprende que una tapa es más blanda que la otra. Hay que usar una sierra muy fina, y con mucho cuidado para no pasarse.
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