CORAZÓN DE JESÚS
1926
“El
día 30 de Mayo de 1919, España se consagró oficialmente
al Sagrado Corazón de Jesús, por boca de su rey Don
Alfonso XIII, como expresión de la piedad de la nación
y también de gratitud por haberla librado el Señor del
azote de la Primera Guerra Mundial”
(Moreno
Traver, 1980 pág. 20)





Proyectos
y obras del primer monumento. 1926
.........................................................................................................................................
En
el acta del Pleno del Ayuntamiento de Murcia, celebrado el 11 de septiembre
de 1936 puede leerse:
«
Se acuerda por el Ayuntamiento sea demolida la escultura del Corazón
de Jesús, a cuenta de los donantes por suscripción pública
para su creación, a cuyo efecto se averiguará dónde
se encuentran las listas de estos donantes, y una vez conocidos los
gastos que ocasiona esta demolición serán repartidos
entre todos ellos».
El
teniente de alcalde Enrique Hernández Gambín, perteneciente
a la Minoría Federal, afirmaba que dentro de la escultura o
en el pedestal, existía una caja de hierro en la que se encontraban
las listas de los colaboradores.
Hernández
Gambín también presentó una moción para
que se desmontasen las campanas de «todas las iglesias, conventos
ermitas y demás edificios místico-escandalosos, desde
los que nos han dado durante tantos años a todos los murcianos
esas interminables e insoportables tabarras, que nos hacían
pensar en serio en la fuerza de la dinamita. Y ya que no acordamos
antes de desmontarlas, porque somos humanos, y ahorcar con sus cuerdas
a los que nos han martirizado y hecho blasfemar durante tantos años,
haciéndonos perder la paciencia y los tímpanos, no estaría
de más el hacerles saber que, si protestan, se les pudiera
cortar un pedacito de orejas, como, generalmente, se hace para distinguirlos
con sus congéneres, los del rabito enroscado, o cargarles del
cuello los badajos».
Se
aprobaría cambiar el nombre del Palacio Episcopal por el de
Casa del Pueblo; rotular el Camino de la Fuensanta como Avenida Internacional;
y el del Calvario, como Avenida Soviética. Llamar al Paseo
del Malecón, al Barrio del Carmen y a la Plaza de Camacho,
Paseo del General Miaja, Barrio de la Pasionaria y Plaza de Rusia,
respectivamente.
Un
mes después del acta anterior, el alcalde, Fernando Piñuela,
expuso en otro Pleno «las dificultades técnicas con que
se ha tropezado para el desmonte del monumento existente en el Castillo
de Monteagudo», por lo que, debido a estas dificultades, «estaba
en estudio convertir dicho monumento en un símbolo de la libertad».
El alcalde se había puesto al habla con un arquitecto, dispuesto
a transformar la imagen en una matrona de la República o en
una estatua de la Libertad, la cual llevaría una antorcha en
la mano».
'Nuestra
Lucha' -diario de ideología anarquista, en que se había
convertido el católico 'La Verdad'-, que también se
había definido como republicano, tras su incautación,
publicaba un editorial el 19 de octubre, en el que resaltaba «el
pavoroso peligro» que representaba para los vecinos de Monteagudo
el derribo de «aquella ingente y ya ex-sagrada mole de cemento
armado». Y exponía. «Es de todo punto indudable
que la figura de Cristo no puede -por su excesiva capilosidad y por
el peligro que encierra en sí cualquier desprendimiento, aunque
sea de un solo cabello- ser convertida, sin más ni más,
en matrona de la República. En cambio, nada impide que se le
pueda añadir más pelo y quedar convertido en una figura
cumbre del elemento más históricamente republicano».
Lo que quería 'Nuestra Lucha' era que el Cristo de Monteagudo
se convirtiera en una representación gigantesca del que fue
líder cantonal y republicano Antonete Gálvez.
Una
semana después, el concejal Arce, que no había podido
asistir al Pleno en el que se había aprobado la demolición
del monumento, afirmó que más que transformarlo había
que demolerlo, algo que se podría hacer «con solo instalar
un andamio». Aún así, el alcalde le respondió
que la demolición obligaría a pagar una gran «cantidad
de jornales, ya que habría que deshacerlo a mano, puesto que
el empleo de la dinamita supondría un gran peligro para el
pueblo de Monteagudo». Insistía en que la escultura sería
transformada
en un «símbolo de la República, con un león
a su lado», con lo que «convertiremos un símbolo
de la reacción en otro de la libertad. También -añadía-
se va a poner un enorme reloj y un potente foco, del cual el pueblo
de Monteagudo está muy necesitado».
El
Pleno del 13 de noviembre, se aprobó «no efectuar transformación
alguna en el monumento de Monteagudo, que será volado con dinamita,
avisando oportunamente a los vecinos de dicho pueblo, para que tomen
las debidas precauciones, a fin de evitar que se ocasionen daños».
Si algún vecino resultase perjudicado, «sería
indemnizado el dueño de la casa perjudicada». También
se informaba de que, «en su día, habrá ocasión
de erigir en el mismo lugar el monumento que la República merece».
En principio, la fecha para la voladura quedó fijada para el
domingo, día 22 del mes en curso.
El
derribo se efectuaría, sin embargo, dos días después.
El alcalde, Fernando Piñuela, en una nota oficial, informaba
de este hecho, y advertía a los vecinos para que «tan
pronto oigan las detonaciones de los cohetes bombas que se dispararán,
desalojen sus viviendas en evitación de perjuicios que no serían
imputables a la autoridad y sí al incumplimiento de las órdenes
emanadas de esta Alcaldía». Definitivamente, a las cuatro
y media de la tarde del día 24, se verificó la voladura,
tal y como el alcalde informaba a los periodistas pocas horas después.
Se habían colocado «barrenos que explotaron, haciendo
caer a la figura hacia la parte trasera del pueblo [gracias al empleo
de unos tensores], sin causar daños, ni desgracias, debido
a que las precauciones que se adoptaron, saliendo de sus viviendas
los vecinos hasta que terminó la operación. Esta fue
dirigida por el arquitecto municipal y concurrieron el alcalde y otros
elementos del municipio».
La Verdad, 22 Oct. 2014



Fotos de Jacobo Tortosa de los restos
del primer Corazón de Jesús