“Los reyes soberanos, según orden y disposición de Dios, no están en manera alguna sujetos en las cosas temporales directas ni indirectamente a ninguna potencia eclesiástica, ni dependen sino de Dios sólo, que los ha establecido."
Melchor de Macanaz (1670 1760)
"El rey se puso la tiara y los ministros oficiaron de obispos”
Concordato de 1753 enjuiciado por el padre Míguelez.