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07.- ARTES FIGURATIVAS ROMÁNICAS: ASPECTOS FORMALES E ICONOGRÁFICOS

CANECILLOS

Los canecillos, al estar al exterior de la iglesia permitían una mayor libertad en el artista. Con frecuencia su interpretación es controvertida, pero en la mayoría de las veces el sentido didáctico y simbólico sigue presente, aunque sea complicado descifrarlo a veces en la actualidad.

Figuras geométricas o imágenes monstruosas, personajes con posturas burlescas, obscenas, escenas eróticas... la variedad y la cantidad es inabarcable, especialmente en iglesias rurales, alejadas de las vías de peregrinación más transitadas.

Hay quien ve influencias celtas o clásicas (paganas en cualquier caso)... que en ocasiones pueden también relacionarse con textos religiosos.

Es el caso que os he seleccionado:

Dos canecillos (de Solsona), en los que aparece un joven sacándose una espina. ¿Os acordáis? ...

¿Simplemente un tema pagano? Leed el texto siguiente:

"Finalmente, hermanos, si a algún miembro del cuerpo le sobreviene alguna molestia, ¿cuál de los restantes miembros le negará su ayuda? ¿Qué cosa hay en el hombre más en el extremo que el pie? Y en el mismo pie, ¿qué más en el extremo que la planta? Y en la misma planta, ¿qué otra cosa que la misma piel con que se pisa la tierra? Así y todo, esta extremidad del cuerpo forma tal parte del conjunto que, si en ese mismo lugar se clava una espina, todos los miembros concurren a prestar su ayuda para extraerla: al instante se doblan las rodillas; se dobla la espina -no la que hirió, sino la que sostiene todo el dorso-; se sienta, para sacar la espina; ya el mismo hecho de sentarse para sacar la espina es obra del cuerpo entero. ¡Cuán pequeño es el lugar que sufre la molestia! Es tan pequeño cuanto la espina que lo punzó; y, sin embargo, el cuerpo en su totalidad no se desentiende de la molestia sufrida por aquel extremo y exiguo lugar; los restantes miembros no sufren dolor alguno, pero todos lo sienten en aquel único lugar.

De aquí tomó el Apóstol un ejemplo de la caridad, exhortándonos a amarnos mutuamente como se aman los miembros en el cuerpo. Dice él: Si sufre un miembro, se compadecen también los otros, y si es glorificado uno solo, se alegran todos. Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros (1 Cor 12,26-27)". 
(San Agustín, Sermón 162, A, 4-6)