ARTE BIZANTINO

SAN APOLINAR NUEVO (RÁVENA)

La Basílica se hizo construir por orden de Teodorico como iglesia de culto arriano, dedicándose por aquel entonces a Cristo Redentor, hacia finales del siglo V o inicios del VI. Tras la conquista bizantina, en el año 540, todos los edificios sagrados de los arrianos fueron rápidamente integrados al culto católico, de forma que la basílica de Teodorico se dedicó a S. Martino, obispo de Tours, defensor de la fe y ferviente opositor de la herejía.

Hacia la mitad del siglo IX, la basílica asume el nombre actual cuando las reliquias de S. Apollinare, el primer obispo de Rávena, fueron trasladadas aquí desde la Basílica de S. Apollinare in Classe, que en aquella época, por su posición, se encontraba aislada y expuesta a los piratas del Adriático.

El interior (42 m x 21 m) está formado por tres naves, sostenidas por 24 columnas con capiteles corintios bajo pesados cimacios. A principios del siglo XVI las columnas fueron realzadas hasta los 1,20 m. alterando las proporciones arquitectónicas. El ábside barroco es profundo y está precedido por un amplio presbiterio cubierto con una bóveda de crucería. El techo actual data del 1600, hecho mediante casetones.

Los mosaicos que se extienden en la zona inferior, sobre los arcos, son seguramente los más conocidos y los más complejos, ejecutados en periodos históricos diversos. En el inicio de la pared derecha, el espléndido mosaico que representa el “Palatium” de Teodorico pertenece a la época de Teodorico. Enfrente se representa la “Civitas Classis”, el antiguo puerto de Classe con su mar, faro y sus murallas que encerraban otros monumentos.

Del periodo católico datan las procesiones que siguen en los dos laterales. Por una parte se representa la procesión de vírgenes, y por otra una procesión de mártires.

 

No se sabe si estos mosaicos sustituyeron otros más antiguos, o simplemente fueron realizados para terminar la decoración no conclusa por la muerte de Teodorico. Pese a que sólo hay una diferencia de 50 años de estos mosaicos respecto de los más antiguos, las diferencias estilísticas son evidentes. El influjo helenístico y romano de los primeros mosaicos se ve claramente en los gestos de los personajes y en los paisajes, mientras que en el periodo bizantino los conceptos son diversos, desmaterializándose y estilizándose las figuras, a favor de un simbolismo alegórico.

En el lado izquierdo, 22 vírgenes vestidas con túnicas de oro y adornadas  con blancos velos y con corona, precedidas por los 3 Reyes Magos, se dirigen hacia la Virgen con el niño. (El panel de la Virgen pertenece a los primeros mosaicos). En el lado derecho, 26 mártires llevan una simple túnica blanca, a excepción de la primer figura, que abre la procesión, que es San Martino, segundo titular de la basílica. Esta figura aparece representada con el color púrpura. Los mártires se dirigen hacia Cristo que aparece en el trono rodeado de cuatro ángeles. (También este panel pertenece a los primeros mosaicos).

 

Texto reelaborado de:

http://lostonsite.wordpress.com/2009/08/08/cuando-la-belleza-esta-en-el-interior/